
Fobias y Conductas Compulsivas
Nuestros perros pueden presentar diferentes fobias y conductas compulsivas que afectan a su equilibrio emocional y a su comportamiento cotidiano. Las fobias incluyen respuestas intensas de miedo ante ruidos fuertes, tormentas, petardos o estímulos imprevisibles del entorno.
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También pueden darse fobias sociales relacionadas con la interacción con otros perros o personas, así como fobias situacionales que aparecen en contextos concretos como viajes en coche, manipulación física o visitas al veterinario.
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Las conductas compulsivas se manifiestan como comportamientos repetitivos y difíciles de interrumpir, tales como lamerse en exceso, perseguirse la cola, morder objetos de forma insistente, deambular sin descanso o fijarse excesivamente en sombras, luces o movimientos.
Estas conductas suelen tener relación con estrés prolongado, falta de estimulación adecuada, frustración o factores individuales que predisponen al perro a reaccionar de forma exagerada.
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El exceso de ladrido es otro motivo frecuente de consulta. Puede surgir por miedo, demanda de atención, aburrimiento, frustración, falta de trabajo mental o incapacidad para gestionar estímulos del entorno. Cuando el ladrido se convierte en una respuesta continua, es una señal de desequilibrio emocional o de dificultad para adaptarse a situaciones que el perro no comprende o no puede manejar correctamente.
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Cada uno de estos diagnósticos requiere una observación detallada para identificar el origen del comportamiento y valorar su impacto en la vida del perro. La detección temprana y la comprensión de estos patrones permite orientar un plan de intervención adaptado a sus necesidades reales.
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Como prevención mientras solicitas la ayuda de un especialista, es que no expongas a tu compañero a esas situaciones tan estresantes, busca paseos y estancias muy calmadas, no recrimines ni le riñas, ni entres en castigos. Esto empeoraria la situación.
